20 años sin José María Párraga

EL EXTRAÑO PINTOR

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Servilleta

Rotulador. 7,5 x 11,5 cm.

Colección particular

En cualquier papel, en cualquier sitio, en una conferencia, en una tertulia... Párraga siempre estaba dibujando. Hay decenas de testimonios que lo corroboran. Pero no por falta de interés por lo que se estuviera tratando allí (siempre intervenía al final, o en cualquier momento, desplegando una peculiar oratoria salpicada de "o seas"), sino por una necesidad vital. Aquella habilidad característica era recordada por su amigo García Montalvo: "...con un resto de cigarrillo ensalivado en la comisura de la boca, sin dejar de hablar. En un momento dado, sonreía, detenía su trabajo y te invitaba a un parco aperitivo franciscano, siempre con un luminoso vaso de vino tinto". (1)

Y esa mano, que se movía por su cuenta, en medio de aquel caos, trazaba garabatos sin sentido, curvos o rectos según su estado de ánimo, en un aparente desorden, en un galimatías que con mucha frecuencia escondía algo más.

En esta humilde servilleta no es difícil encontrar algunos rostros; incluso su propia caricatura triste y ojerosa se puede adivinar entre los trazos magentas de rotulador.

 

(1) Pedro García Montalvo. "MI HERMANO JOSÉ MARÍA PÁRRAGA" Escrito para la inauguración de los murales restaurados del IES Floridablanca de Murcia.

2 de Mayo de 2016

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