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Puerta
de armario
Acrílico
sobre tabla. 200 x 64 cm. Años '60
Colección
particular
En decenas
de ocasiones hemos encontrado historias muy similares: la respuesta
generosa de Párraga al cariño, a la hospitalidad, o
a la simple compañía de sus amigos era siempre su pintura.
Hay una
opinión muy extendida en el sentido de que el propio artista
no valoraba su obra. En demasiadas ocasiones lo decía él
mismo: "...creo que siempre me pagan
más de lo que vale mi trabajo..." (La
verdad. 8-VI-1980)
Así
nos podemos encontrar, en una vivienda del murciano barrio de Vistabella,
esta puerta de armario, y no es la única que hemos localizado.
(ver)
Da la impresión
de que aplica el color directamente, no se aprecia línea previa,
ni siquiera, en este caso, un plan preestablecido: "...cuando
pinto empleo más los sentimientos que la cabeza. Y eso es malo."
(La
verdad. 8-VI.1980)
Sobre la
base de la madera, que aporta un fondo de tonos ocres oscuros, predominan
los azules desvaídos y grisáceos, efecto sin duda acentuado
por el paso del tiempo, en grandes manchas planas, sin apenas matices,
aplicadas directamente con abundante pigmento, muy espeso en algunas
zonas.
Entrelazados
con estas manchas, descubrimos los inevitables elementos figurativos,
trazados en tonos ocres, más cálidos, y resaltados con
líneas de rotulador que casi han desaparecido.
A todo
esto hay que sumar el craquelado, las texturas, en una obra de clara
influencia de su admirado Carpe "...En
mi época de muralista tuve gran influencia de Carpe, aunque
él era más pintor que yo."
(La Verdad. 23-IX-1990)