20 años sin José María Párraga

EL EXTRAÑO PINTOR

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Huertanos

Gouache sobre papel. 47 x 39 cms. h. 1956

Colección particular

Hemos encontrado varios ejemplares de huertanos bailando, con distintas variantes, pero muy similares entre sí. Uno de ellos está fechado en 1956 y reproduce exactamente el mismo dibujo, aunque aplica menos color y elabora más el trabajo de los rostros.

El tema era muy demandado a finales de los cincuenta para carteles, folletos, etc. Incluso el maestro Garay (fallecido el mismo año 1956) nos dejó varios ejemplos. (ver)

Muy conocida es la, en ocasiones, difícil relación entre Párraga y Garay a cuenta de los célebres botijos que el maestro se empeñaba en que José María reprodujera fielmente.

La distancia entre discípulo y alumno queda también patente aquí, en estas obras de juventud, firmadas aún como José María, en las que aplica a los personajes una estilización similar a la que debió someter al famoso botijo, y que le costó en su día la expulsión de clase.

Las figuras se recortan sobre un fondo neutro, y se trazan con una delgada línea. No proyectan sombras para generar la sensación de "instantánea", de estar suspendidos en el aire, y el color se matiza para crear un volumen que pronto dejará de interesar.

Las caras y los brazos de ella, sin embargo, ya preludian lo que va a ser el color plano característico de la obra futura de Párraga.